Ayer, Miércoles de Ceniza y con aire de buenos caminantes, hemos dado el primer paso de nuestro camino hacia la Pascua. Nos esperan 40 días de aventura, 40 días para encontrarnos con nosotros mismos y con Jesús, mediante una reflexión seria y serena de todo aquello que va aconteciendo en nuestras vidas: ¿preocupaciones? ¿dudas? ¿tentaciones? ¿tropezones? ¿caídas? ¿desconsuelos? ¿desamores?…
Y con ello llegó también hasta nosotros la esperanzada Palabra de Dios que hemos proclamado hoy:
«Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré”
Como todo en la vida la Cuaresma nos puede suponer un esfuerzo, algunos compromisos y mucha fe. Pero sólo así, esforzándonos y superando cada etapa, cada semana de la Cuaresma, llegaremos a la meta, a la Pascua… Sigamos a Jesús con generosidad y con alegría y ojalá que esta pequeña celebración nos llene de paz y de Vida Nueva.